Volveremos.

 

Bueno chicxs os traigo mi penúltima entrada semanal y la última se la quiero dedicar a hablar de mi primer año de universitaria y ya no del primer año estudiando fuera si no de lo que ha supuesto este año para mí.

Hace unos meses estaba llorando por venirme a estudiar a Cáceres y ahora lloro porque no quiero irme, ha sido un año de muchos cambios tanto personales como en mi entorno.

He conocido a gente maravillosa y de la cual voy a estar eternamente en deuda con la vida por haberme cruzado en sus caminos.

Esas personas que aparecen en tu vida y deciden quedarse para siempre. Esas que te alegran los días, que te hacen un poco más feliz. Con quien poder llorar pero también reír. personas que te dan su hombro para apoyarte y te ofrecen su mano para seguir. Esas que te hacen la vida menos complicada y te enseñan el verdadero significado de las cosas. Con las que entiendes lo realmente importante. Donde los pequeños detalles se vuelven grandes. Y acaban marcando la diferencia. Personas que son, están y que no se van.

Lo importante es encontrar unas amistades que te hagan volver a sentir viva cuando creas no encontrar remedio. Unas amistades que sean un poco curas a la hora de contarle secretos, y un poco médicos a la hora de jugársela para recetar la medicación. Unas amistades que no se corten a la hora de corregirte, siempre y cuando sea en privado, y que defiendan a capa y espada que 2+2 son 5 si así te salieron las cuentas en público. Unas que recuerden con tal emoción el pasado, que no duden en querer seguir creciendo para el futuro. Que valoren las veces que estás con ellas, y que no duden en mandarte audios cuando noten tu ausencia. Unas amistades que conviertan el bar de la esquina en el mejor restaurante de la ciudad de Cáceres, pero que lo hagan más barato, aunque vuestras risas salgan demasiado caras. Unas que sepan de antemano de qué tema vas a llorar cuando te vean aparecer con esa cara de haber dormido más bien poco. Que no les importe que sea la cuarta vez que se habla de lo mismo, y que no te digan que está pasado de moda. Que te animen incluso cuando estás en el banquillo, y que caminen junto a ti siempre que se respete la posición de cada una. Que valga la pena compartir con ellas cicatrices y arrugas. Y que sean siempre refugio y no huida.

Busca unas amistades que se rompan los cuernos por convencerte para que salgas de fiesta el sábado, cuando saben de sobra que tienes examen el lunes. Unas que te hagan sentir que aprobarlo al fin y al cabo no era tan importante. Y que les puedas reprochar que una vez más, ese chupito sobraba.

Los amigos se cuentan siempre dos veces: en las buenas para ver cuántos son y en las malas para ver cuántos se quedan.

Por todo esto mi última entrada semanal va dedicada a todos los que han hecho que Cáceres, la universidad y este año de vida haya sido maravilloso.

Volveremos más unidos hasta entonces os digo un "Adiós"